Masculinidad

Es el conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría de ser hombre (fuerza, valentía, virilidad, triunfo, competición, seguridad, sin afectividad, etc.). Por esta misma razón el hombre ha sufrido una gran presión social para responder con comportamientos asociados con estos atributos.

La nueva masculinidad propone que el nuevo hombre ya no oculta sus sentimientos ni se pierde en su interior, encuentra en sí mismo el concepto de masculindad uniendo ternura y seguridad como guía de comportamiento.

La identidad masculina se ha configurado siempre en términos de competitividad y poder; rasgos como el miedo, las lágrimas, el dolor o cualquier manifestación externa de sentimientos no tenían cabida en el estereotipo de hombre. El rechazo de estas emociones implica la negación de uno mismo y la incapacidad de crecer como persona.

Ojo No Somos Iguales

El desarrollo de la identidad se forja mediante la interacción de la persona con su entorno social y cultural. Es indudable que existen diferencias físicas y psicológicas entre hombres y mujeres, si bien es cierto que sus identidades se manifiestan como tales a través de la relación con otras personas, costumbres, normas o estereotipos vigentes de las sociedades en que viven.

El hombre por lo tanto, se encuentra atrapado en un laberinto de roles, exigencias y mandatos que paralizan su capacidad de sentir y de exteriorizar sus emociones. Ante esto, o bien se puede seguir bajo el peso de la norma social, con la consiguiente pérdida de sí mismo, o aventurarse en un proceso de aceptación y comprensión personal. No se trata de asumir lo denominado "femenino", la masculindad no se completa únicamente con esos rasgos, ni se trata de alcanzar un prototipo de hombre afeminado. Lo que se pretende es encontrar su propia identidad masculina.

Identidad Masculina

Así, frente a este modelo tradicional, cada vez cobra más fuerza el concepto de una nueva masculinidad, basada en la superación de las barreras, estereotipos y normas sociales. Consiste en alcanzar una identidd masculina que permita al individuo ser persona en todo el sentido de la palabra basado en:

- Aceptar su propia vulnerabilidad masculina
- Aprender a expresarse son sus emociones y sentimientos
- Aprender a ser humilde y pedir ayuda o apoyo
- Aprender otros medios no violentos para solucionar problemas
- Aprender y aceptar nuevos comportamientos que le ayuden a desarrollarse.

La masculinidad busca la congruencia entre nuestras vidas y deseos. Esta conciencia clara de cómo quiero ser qué tengo que hacer para llegar ahí es reponsabilidad de uno mismo, así mismo dictamina los valores personales que se tienen y se necesitan tener.

Una vez entendido lo que se quiere y desea, es cuando se puede manejar la masculinidad propia en el BDSM. Debe ser auténtica y nunca falsa en el entendido que se ha creado a base del autoconocimiento, autorespeto y autoconfianza.

Los Amos o los sumis poco a poco se van alejando de estereotipos y van formando sus propia identidad masculina cada vez que se dan cuenta del laberinto en el que se han metido por seguir con parámetros que impedían un crecimiento como persona. Curiosamente al estar en relaciones o situaciones que implican grados de confianza y compromiso superior, ha facilitado el proceso de evolución de la antigua masculindad a la nueva masculinidad, eso sin menospreciar el trabajo y apoyo que se puede recibir de la pareja, sumi o Mistress.


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